Era noche cerrada y las calles estaban desiertas. Tan sólo alguna farola desvencijada o las luces de algún pequeño altar arrojaban algo de luz a nuestros pasos. Un lejano traqueteo nos alertó, era un tuc-tuc. Nos subimos camino al mercado de pescado sin saber muy bien qué nos encontraríamos allí.
La actividad iba en aumento a medida que nos aproximábamos al mercado. Al dejar el tuc-tuc, las primeras luces del día empezaron a aclarar la escena que nos rodeaba. A lo lejos, en la boca de la bahía, aparecieron decenas de barcos de vela que llegaban de faenar. Eran barcos de madera con unas velas marrones mil veces remendadas. Unas velas tan viejas que era difícil imaginar que su color original hubiese sido en algún momento el blanco.
En aquella lonja se recibía el género, se cortaba, se vendía y se cargaba. Todo parecía ser venta al por mayor. Aún así, los trabajadores e incluso algún comprador, lejos de parecer molestos por nuestra presencia, nos enseñaban las mejores capturas de la noche.
En cuanto al género, quizás lo más sorprendente era ver tiburones pequeños y mantas que cargaban enteras o partidas en cuatro trozos. También tenían unas cuantas piezas de atún que, por lo que nos comentaron, congelaban para exportar a Japón.
Al otro lado de la bocana del puerto natural, seguían llegando barcos a descargar más pescado. Una parte se pesaba y se vendía allí mismo, el resto se ponía a secar al sol.
Y, por si fuera poco, en el extremo sur de la playa de Negombo unos barcos a motor llegaban a la arena con más pescado que descargaban estirando y sacudiendo con violencia las redes.
Los peces saltaban de la red volando hasta caer en otras redes o lonas colocadas en el suelo. Los que caían fuera de ese perímetro eran el botín de cuervos y gaviotas y también de algunas personas que merodeaban por allí con bolsas de plástico que iban llenando con paciencia.
Una vez sacudidas las redes recogían el pescado en capazos de mimbre. Como ocurría en la bocana del puerto, allí mismo se decidía qué parte iba al mercado al por menor, que estaba junto a la playa, mientras que el resto se dejaba secar al sol.
Se podría decir que la vida de la mayoría de gente local en Negombo gira en torno a la pesca. El resto trabaja en los hoteles y resorts de la playa donde los turistas disfrutan del sol ajenos al trajín de los mercados de pescado.
Por lo demás, la ciudad tiene unos canales interesantes y, quizás, una de las mayores concentraciones de iglesias católicas de Sri Lanka. Muchos de esos altares que iluminaban las calles de noche no tenían un buda, sino crucifijos e imágenes de vírgenes y santos.
Al final, descubrimos un par de templos budistas… No estaban mal, pero ya no íbamos a encontrar en Negombo algo que nos impresionara más que sus mercados de pescado.
¡Hasta pronto!
Tengo algunas preguntas: qué hacen con el pescado que se seca al sol? Todas las lanchitas a orillas cada casa son para la pesca? Y no dejo de asombrarme de las decoraciones de los templos budistas, para la mentalidad occidental, como la mía, parecen decorados de teatro/circo.
Hola Rosa, gracias por el comentario…
Veamos, el pescado una vez seco se empaqueta y se vende a mercados de todo el país. También creo que una parte se exporta. En España no es muy común el pescado seco pero en otras regiones del mundo sí. Respecto a las lanchas, casi todas son para la pesca, en muchas verás que hay redes dentro. En los canales tienen algunas para los turistas para dar un garbeo, son las que tienen una cubierta de lona. Y sí, la iconografía en los templos budistas es muy llamativa, ya no te digo en los templos hinduistas donde hay miles de dioses, cada uno con una caracterización distinta.
Abrazos!!!
vaya experiencia…nosostros vamos en octubre…y nos gustaria saber si los mercados locales son solo por las mañanas y a que hora empieza el ajetreo?, llegaremos a las 9 de la mañana mi plan es ir a negombo, y me gustaria ir a algun mercado…no se si esa hora es muy tarde….
Hola Nataly! Primero, disculpa el retraso en contestar… Estábamos de viaje con poco acceso a internet. Como bien supones los mercados de Negombo abren muy temprano y la actividad se concentra en las primeras horas del día. En el mercado al por mayor (MAPA: https://goo.gl/maps/6c3VqU5QKLw) todo empieza antes del amanecer, allí llegan las piezas más grandes, incluyendo atunes, tiburones y mantas. En cambio, llegando más tarde por la mañana podéis ir al mercado al por menor, que está al lado de la playa (MAPA: https://goo.gl/maps/mrmQuw4chhP2), creo que allí tendréis mejor suerte. Pasead también por la playa que hay detrás del mercado. También podéis pasear por esta otra zona https://goo.gl/maps/4KVmepsc8DS2) para ver el pescado secándose y, quizás, algún velero que vuelva de faenar. Veréis que la gente es muy amigable y les gusta que uno se interese por sus capturas! ;-)
Si tenéis cualquier otra duda podéis escribirnos cuando queráis. Esperamos que disfrutéis mucho del viaje!