¡Sumo!

Mi última visita a Tokyo coincidió con uno de los tres campeonatos de sumo que se celebran en la ciudad cada año. En el metro de camino al estadio coincidí en el vagón con un par de luchadores ataviados con sus vestidos tradicionales y un peculiar peinado. Sin duda, había cogido el tren en la dirección correcta. Aquéllos debían ser luchadores poco conocidos porque en el estadio unos cuantos aficionados esperaban con sus cámaras preparadas a otros luchadores ‘famosos’ que iban llegando en coches con chófer.

Sumo

En el interior del estadio empezaban a disputarse los primeros combates. Poco a poco iba llegando más y más gente mientras yo trataba de entender toda la liturgia que rodeaba los combates sin dejar de sorprenderme del ruido que se producía por el choque violento de los cuerpos de los luchadores en el primer envite.

Sumo

Las primeras competiciones de sumo de la historia fueron una forma de ritual dedicado a los dioses que se celebraban siempre en el interior de los santuarios. Con ello esperaban satisfacerles y ser recompensados con abundantes cosechas.  Más adelante, en la época del Shogunato, se crearon agrupaciones de luchadores de sumo que se organizaron con el fin de entretener a la plebe de la época. De esta forma, el sumo llegó a ser el deporte nacional de Japón.

Sumo

1.500 años después de los primeros torneos, se dice que el sumo apenas ha cambiado y sus reglas básicas siguen siendo las mismas. El combate se gana cuando uno de los luchadores (rikishi) echa al oponente de la zona circular delimitada llamada dohyo o si consigue que el contrario toque el suelo con cualquier parte de su cuerpo que no sean los pies. Hay pocas prohibiciones: no se puede golpear con el puño cerrado, estirar del pelo ni golpear en el estómago ni el pecho. Eso hace que puedan verse tipos muy diferentes de ataques, desde el que simplemente empuja hasta el que golpea continuamente. Además, al no haber límites de peso, no es difícil ver a algún rikishi enfrentándose a otro que pese más del doble.

Sumo

Los campeonatos duran 15 dias consecutivos. Los combates se inician a primera hora de la mañana con los rikishi de más bajo nivel, seguidos por los de los niveles cada vez más altos hasta acabar, ya por la tarde, con los combates de los mejores luchadores (Nota mental: no hace falta llegar a las 8 de la mañana).

Sumo

Hasta ahora todo bastante fácil, pero la cosa se complica cuando se empieza a hablar de toda las reglas de etiqueta y parafernalia histórica y tradicional que rodea lo que sucede en el dohyo. Los jueces y árbitros con sus vestimentas que varían según el nivel del combate, las múltiples ceremonias, las presentaciones de los rikishi y un largo sinfín de detalles que no pude entender. Al fin y al cabo es normal que, con 15 siglos  de historia, el sumo se vea como una lucha antigua pero con una cultura que no cabría en una enciclopedia.

Sumo

Los rikishi pertenecen a varias categorías según su carrera y su valía, ellas determinan su peinados, que continúan siendo los que estaban de moda en el periodo Edo y que no sólo se han conservado por tradición sino también porque sirven como protección para la cabeza en caso de caída. Ascender de nivel no es nada fácil y llegar a lo más alto (yokozuna) no sólo exige haber ganado dos campeonatos consecutivos en el nivel justo anterior, sino también ser considerado por los jueces del campeonato como un rikishi con la valía y carácter necesario para alcanzar ese nivel. Para que os hagáis una idea, en los últimos 300 años sólo 69 luchadores han podido llegar a ser yokozuna.

Descanso para comer

Sumo

Antes de cada enfrentamiento, los rikishi siguen un ritual en el que se suelen lavar la boca con agua, secarse el cuerpo con una toalla de papel y repetir los movimientos de alguna ceremonia. Normalmente, levantan un brazo y la pierna para golpear con fuerza el suelo en unas posiciones de lo más peculiares teniendo en cuenta el tamaño considerable de la mayoría de luchadores. Después, sólo los rikishi de mayor categoría pueden lanzar sal al dohyo. Todas esas acciones tienen un significado: el agua purifica el cuerpo y la mente, los movimientos ceremoniales muestran respeto a los dioses y la sal protege a los rikishi de lesiones…

Sumo

Una vez realizado todo este ritual, los rikishi se colocan uno frente al otro con las piernas flexionadas y con los puños apoyados en el dohyo, preparados para abalanzarse el uno sobre el otro… Se palpa la tensión pero… ¡no! Los dos vuelven a sus esquinas a por más agua, más toalla, más ceremonia, y más sal. Al parecer, los rikishi esperan al momento psicológico en el que se encuentran preparados para enfrentarse. Eso genera cierta expectación pero también hace que el espectáculo se haga tedioso ya que el tiempo entre combates es largo.

Sumo

Al menos, me reconfortó saber que en los orígenes del sumo cualquier combate podía retrasarse indefinidamente hasta que los rikishi se encontraran, al fin, en disposición de enfrentarse. En 1.928 Se introdujo el primer límite temporal, que fue de 10 minutos y ha ido bajando hasta los 4 minutos que se permiten en la actualidad. Hace unos cuantos siglos los dioses podían esperar pero en estos tiempos de inmediatez y sumo televisado no hay tiempo para tanto. Para mi gusto 4 minutos sigue siendo demasiado teniendo en cuenta que la mayoría de enfrentamientos no pasa del minuto. Algunos duran tan sólo unos segundos.

Sumo

Está claro que el verdadero aficionado y conocedor de este deporte disfruta tanto del combate en sí como de todo lo que le rodea, sus entretiempos, sus detalles, tradiciones e historia que han permanecido intactos durante 15 siglos.

¡Hasta pronto!

11 Respuestas a “¡Sumo!

  1. Muy interesante este análisis y reportaje fotográfico, estos luchadores siempre me han llamado la atención, como si los hubieran sobrealimentado para cumplir un fin, son unas moles enormes, comparados a los japoneses que uno conoce, tan pequeños, tan delgados. Estéticamente los veo horrorosos, no me paro a pensar en toda la filosofía y visión del mundo que hay detrás. Nuevamente nos haces reflexionar y nos acercas a cosas muy desconocidas y poco valoradas. Gracias y adelante con más entregas. Un abrazo

  2. ¡Qué bueno! Es increíble lo de los peinados de los rikishi en función de su categoría…
    Y una duda: ¿cuánto cuestan las entradas? Porque cogiste las de gallinero, eh!
    j.

    • Jefe, las entradas desde las que hice las fotos estaban a unos 40 euros al cambio, arriba del todo salen por unos 30 y abajo de 100 para arriba. Además, abajo no hay asiento sino unas almohadillas y estas sentado en el suelo. Un abrazo!

  3. ¡ Gran espectáculo el sumo ! Como explicáis muy bien, es algo más que un deporte de los » modernos «. El observador extranjero, lleno de curiosidad, sorprendido por la magia del ritual y la propia competición, acaba fascinado e inmerso en un ambiente único, auténtico.

  4. Un post genial! Sabíamos lo más básico del sumo y ahora sabemos algo más, está muy bien explicado! Felicidades!!

    • Muchas gracias por el comentario. La verdad es que nosotros antes de ir no sabíamos casi nada del sumo… Con la entrada nos dieron bastante información que nos sirvió para entenderlo mejor. Saludos!

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