Llegó el momento de dejar atrás Iguazú, de despedirnos de Mónica y así de nuestros días en buena compañía en Brasil. Otra vez sin el corsé del calendario las opciones para continuar nuestro periplo parecían estar más abiertas que nunca.

¿Hacia dónde debíamos ir? ¿Entrar definitivamente a Argentina o volver a Brasil? El bolsillo recomendaba, sin duda, la primera opción, pero Brasil nos seguía atrayendo y no podíamos descartar el sur del país sin más.

Así, aún a sabiendas que nuestras carteras se iban a resentir y que cuanto más al sur fuésemos más frío haría, nos arriesgamos con la condición de no pasar en ningún sitio más tiempo del necesario para conocer lo imprescindible.

No acertamos. Todo seguía siendo muy caro, en especial el transporte, y el tiempo no nos acompañó. Lo que tenía que ser una visita rápida por el sur pasó a ser una visita relámpago.

Poniéndole la mejor cara al mal tiempo visitamos la dulce ‘Ilha do Mel’, un lugar donde con sol se puede disfrutar mucho de la playa y sus paseos, de sus pequeños pueblos con calles de arena, sin un solo coche.

Seguimos hacia el sur hasta llegar a Florianópolis (Floripa, si se prefiere), otro de esos destinos obligatorios cuando el tiempo acompaña. La ciudad está en la Ilha de Santa Catarina, en la que centenas de paradisíacas playas que hemos visto en fotos aguardan el sol y el inicio de la temporada para recibir a bañistas y surfistas.

Pero el tiempo fue aún a peor, con tormentas y temperaturas mucho más frescas. Y es que Brasil es un país tropical, pero de tres cuartos para arriba. Aquí abajo recordamos que en el hemisferio sur estábamos en invierno y que ayer empezó la primavera. Después de más de un mes recuperábamos los jerséis del fondo de las mochilas. Al menos cambiamos un poco de ropa.

Una noche más de autobús nos llevó a Porto Alegre, más al sur. La lluvia nos dio una tregua pero seis días después continuamos sin noticias del sol.

Nos vamos sin poder haber visto lugares de los que mucha gente nos habló y que deben ser maravillosos. Si planeáis venir al sur de Brasil hacedlo en nuestro invierno.

Nuestro siguiente destino nos esperaba a 10 horas de autobús. En nuestra desesperada búsqueda de entretenimiento a cubierto hemos visitado varias librerías, entre ellas, las más grandes de Florianópolis y Porto Alegre. En ninguna de ellas tenían ni una guía de nuestro próximo destino. Era como si alguien lo hubiese borrado del mapa.

Nosotros esperamos que esté allí cuando lleguemos mañana por la mañana.

Todas las fotos de este post son de Ilha do Mel donde el mal tiempo y la temporada baja hizo que viéramos la isla de una forma muy distinta a como debe ser en otra época del año.