Oaxaca se halla en el medio de una “Y” imaginaria formada por 3 valles fluviales, los llamados “Valles Centrales” o “Los Valles”, a secas, por los oaxaqueños. Hoy os invitamos a recorrer uno de ellos.
Empezamos en Santa María del Tule, un pueblo donde está el conocidísimo Árbol del Tule. Un Sabino inmeso frente a la Iglesia, del que dicen tiene el tronco más grande del mundo con una circunferencia de unos 58 metros y una altura de 42. Harían falta unas 30 personas con las manos entrelazadas para poder abarcar su tronco y dicen que pesa 636 toneladas! Uno de los entretemientos de locales y visitantes es ir encontrando en las formas del tronco a un duende, cocodrilo, delfín, cabeza de ciervo, etc. Poco encontramos nosotros, quizás un poco de mezcal nos hubiese ayudado pero era demasiado pronto para ‘tomar’.
La siguiente parada es en Teotitlán del Valle, un pueblo donde los artesanos elaboran los ‘sarapes’ de lana, principalmente tapetes, tapices y alfombras. La gracia está en que tiñen la lana sólo con productos naturales consiguiendo decenas de colores. La principal tinta es la ‘grana cochinilla’, un insecto que se reproduce en el cactus nopal y que tiñe en color rojo carmesí. El resto de colores se sacan de otros productos como la cáscara de granada para el amarillo, la cáscara de nuez para los marrones o la planta del índigo (añil) para los azules.
Al parecer, una vez pasado el mediodía ya está aceptado ir ‘a tomar’ y, si estás en Oaxaca, probablemente acabes tomando mezcal. El mezcal es una bebida tradicional mexicana, que se elabora a partir de la cocción del corazón (o piña) del maguey o agave. Es decir, una bebida muy cercana al Tequila que, a diferencia de éste, puede elaborarse con distintos tipos de agave lo que le permite tener muchas variedades. Aunque probamos de muchos tipos, creo recordar que el de agaves silvestres me llamó bastante la atención. El silvestre se elabora con agaves que se encuentran en las laderas de los valles, fuera de los campos de cultivo de donde salen el resto de mezcales. Aunque ése sea el recuerdo, el mezcal que compré y ahora tengo en casa es el añejo, jeje!

«No voy a tomar… de lo que no encuentre…»
Mejor paremos a comer porque esto de mezclar mezcales con el estómago vacío no va a salir bien… Más adelante llegaremos a Mitla. Allí se instalaron los zapotecas, un antiguo pueblo indígena, tras la caída de Monte Albán como núcleo de poder. Su máximo crecimiento y apogeo ocurrió entre 950 y 1521 d.C. Las ruinas se encuentran en buen estado y se puede apreciar muy bien el preciso tallado y encaje de las pequeñas piedras con las que adornaban los muros.
Ya en aquella época, esos mismos zapotecas subían a las aguas termales de Hierve el Agua, nuestro último destino en el Valle. Hierve el Agua es un paraje natural en la sierra, con cascadas petrificadas formadas por carbonato de calcio. Las cascadas se formaron hace miles de años, por el agua que brota de la piedra con un alto contenido de minerales. En el lugar, además de las cascadas, hay un par de piscinas naturales. Una de ellas, con el agua a unos 24 grados, funciona como balneario por sus aguas termales.
Bueno, creo que ya se ha hecho hora de volver a Oaxaca a por unos mezcales…
¡Salud!
Cuántas cosas se aprenden en » Siempre hacia el Oeste «… Ese mezcal habrá que probarlo sin duda.
Gracias !
Estás invitado! ;-)
No siempre es así, pero en este caso nos salió bien el tour para turistas, eh? Y esa cara de mezcales… Una buena muestra del colorido de México! 😍
C.
Hicimos bien, con tan poco tiempo… dio de sí el día ;-)
Abrazos!!