Día 246 – Los templos de Java

Corría el S.VIII en la isla de Java. El Rey Samaratunga había decidido construir un templo budista en su reino, tenía que ser el templo más grande jamás construido. Antes, había enviado a sus más adelantados arquitectos a India para que adquirieran todos los conocimientos sobre el budismo y sobre sus templos.

Primeras luces del amanecer con la silueta del templo de Borobudur en el centro

Los arquitectos regresaron con las imágenes de los templos más representativos de la arquitectura budista. En India habían aprendido la importancia de la localización de los templos y decidieron imitarla en Java.

Eligieron un valle en el centro de la isla por el que discurrían dos ríos que vendrían a simbolizar los ríos indios Ganges y Yamuna. Pero se les planteó un problema. En el lugar elegido no había tierra, sino un lago que impedía la construcción en el centro del valle. La solución fue crear una colina artificial sobre el lago, que acabó secándose. Y allí, 150 años después de aquel viaje a India, quedó erigido Borobudur, cuyo significado es templo en la colina.

Cuatro son los números sagrados para el budismo: 3, 5, 7 y 9. Y éstos aparecen implícitos en la construcción de Borobudur.

Tres son los niveles del templo para llegar al ‘Nirvana’. El segundo nivel tiene cinco escalones en los que está representada la vida de Budha y que deben recorrerse en el sentido de las agujas del reloj, movimiento conocido como ‘Paradaksina’. El templo contenía 504 cabezas de Budha y 72 estupas, cuyos números suman 9. Y si de números se trata, sigue habiendo innumerables combinaciones de sumas y restas que dan como resultado alguno de esos números sagrados y que parecen más obra de la imaginación de los guías que un criterio que se siguiera para la construcción del templo.

Borobudur se usó como lugar de oración y como cementerio para los monjes budistas, cuyas cenizas eran colocadas en la estupa más alta para que éstos pudieran llegar antes al ‘Nirvana’, el estado más elevado de la espiritualidad en el que se alcanza la liberación del sufrimiento y del ciclo de reencarnaciones. La gran altura de los escalones que llevan a lo más alto del templo, desproporcionada respecto a la envergadura de los fieles que allí debían acudir, pretende demostrar la dureza y la dificultad del camino al ‘Nirvana’.

Estupas en el nivel más alto del templo, que simboliza el Nirvana

Pese a la magnificencia de Borobudur, una guerra en el reino de Samaratunga hizo que la familia real tuviese que huir, dejando el templo inacabado y completamente en el olvido durante siglos.

No fue hasta el año 1907 cuando se realizó la primera restauración completa del templo, a manos del holandés Van Erp, que duró tres años. Y no fue hasta 1973 cuando UNESCO decidió intervenir y colaborar en la reconstrucción del templo, que actualmente conserva el 80% de las piezas originales.

Nosotros caminábamos entre las milenarias paredes del templo, acompañados por decenas de escolares ávidos por hacerse fotos con nosotros. Ya nos había pasado en otras ocasiones, pero en ese momento coincidimos con un colegio entero cuyos alumnos no dudaron ni un momento en sacar sus cámaras y teléfonos móviles para intentar sacarse una foto junto con los turistas occidentales que recorrían el templo.

Víctimas de las cámaras furtivas

Allí estuvimos posando con ellos durante un cuarto de hora, bajo un sol abrasador. Desde hace unos años, en Indonesia, la llegada del cine americano ha provocado este efecto sobre los turistas. No es que nosotros tengamos mucho parecido con las estrellas de Hollywood pero la gente local nos ve como si fuésemos los protagonistas de una película y todos quieren una foto con nosotros.

Gaby, una de las más solicitadas, a punto de recibir un beso de una de sus fans...

La más extasiada de ese apoteósico encuentro fue María que, tras regalar varias instantáneas a los jóvenes escolares, manifestó que ya estaba harta de fotos. Lo sabemos, no es fácil ser famoso.

Habíamos llegado a Borobudur desde Yogyakarta, una de las pocas ciudades en el mundo todavía gobernada por un Sultán y, además, una ciudad sucia y bastante caótica.

El Sultán reside en el ‘Kratón’, una ciudadela con su propio mercado, tiendas, escuelas y mezquitas en la que residen más de 25.000 habitantes, de los cuales un millar trabaja para él. Tras recorrer el ‘Kratón’ y su decadente museo (del que probablemente verán algo en el próximo ‘visto en…’), fuimos a una escuela de ‘batiks’, diseños pintados a mano sobre seda o algodón usando aceites, ceras y parafina hirviendo.

Cerca de Yogyakarta se escondía, entre otras paredes milenarias, la historia de amor de los Romeo y Julieta asiáticos; en este caso, sin trágico final.

En el siglo VIII, el Sur de Java estaba gobernado por los budistas ‘Sailendras’, mientras que el Norte lo gobernaban los hinduistas ‘Sanjayas’. El príncipe hinduista Rakai Pikatan se enamoró de la princesa budista Pramodhavardhani, pero al contrario de los famosos enamorados de Verona, las familias de los jóvenes príncipes aceptaron el matrimonio y quedaron así unidas.

Con motivo del enlace, se construyeron los templos de Prambanan, considerados una de las mejores muestras del arte hinduista en Indonesia. Sin embargo, también se encuentran elementos de la fe budista en varios templos y esculturas así como en el templo principal, dedicado a la Diosa Shiva Mahadeva, cuyos relieves explican la historia de amor de los dos príncipes.

En el autobús de camino a Prambanan observamos como varias adolescentes le hacían, a escondidas, fotos a Marcial con la cámara del móvil. Esa forma tímida de obtener nuestra foto duró poco. En seguida tomaron la confianza necesaria para abrazarnos y pedirnos una foto con ellas. María, al ver que la observaban no dudó en preguntarle a una señora ‘Do you want a photo with me?’. La señora no daba crédito, mostró una sonrisa de oreja a oreja y, obviamente, dijo que sí. No fue una foto, sino unas diez.

Llegamos a los templos y seguíamos siendo el objetivo de todas las cámaras, pero los protagonistas allí no debíamos ser nosotros sino aquellos príncipes, su historia y aquellos impresionantes templos. Prambanan alberga en total siete templos, construidos entre los S. VIII y X, de los cuales cinco son hinduistas y dos budistas. Los principales dioses a los que están dedicados son Shiva Mahadeva, Brahma y Vishnu en el caso de los hinduistas y Sewu y Bubrah en el caso de los budistas.

Al acercarnos al tempo principal, unas simpáticas estudiantes nos pidieron si podían acompañarnos durante nuestra visita para practicar su inglés mientras nos explicaban la historia del lugar. Aceptamos y los seis emprendimos el recorrido por el templo principal.

Nos mostraron, entre otras cosas, los daños que el terremoto de 2006 causó en los templos. Todavía se están llevando a cabo labores de reconstrucción y en otros casos en los que los daños son irreparables simplemente han dejado las piezas colocadas en el suelo a la vista de los visitantes.

Tras visitar los principales templos hinduistas con nuestras nuevas amigas –y hacernos las fotos de rigor con ellas- nos despedimos para recorrer, esta vez solos, los templos budistas de la otra parte del recinto.

La Isla de Java tenía mucho más que ofrecer pero, de nuevo, la maldita visa de sólo treinta días apretaba y debíamos seguir nuestro camino dejando muchas cosas atrás. Al menos, la imagen de aquellos maravillosos templos y la experiencia de ser famosos durante unos días se nos quedará en la memoria por mucho tiempo.

7 Respuestas a “Día 246 – Los templos de Java

  1. No es amor de madre, pero yo ya decía que Gaby, es más que una estrella de cine, es una estrella de los templos.
    Muy bonito esta entrega, estoy fascinada mirando esos templos. Y me gustaría ver más de los batik, me encantan.
    Besos

  2. Echo de menos una foto de los tres viajeros!!(aunque yo os haya visto hace poquito en Skype!!), qué subidón de autoestima cada vez que alguien quiere hacerte fotos así, con esa devoción y admiración!!!Marcial parece un actor de Hollywood rodeado de fans, y Gabi……casi te besa, abraza,….ahí bien agarradita!!!jejejejeje. Bueno, me alegro de que sigáis taaaaaan bien. En breve tenéis otra visita importante, espero que lo disfrutéis mucho. Os ehco de menos…..Carol

  3. Hola!! Marcial y Gabi muy bien descrito todo lo que hecimos pero yo hubiera agnadido un pequegno detalle: para ir a ver el amenecer en Borubudur tuvimos que subir por la montagna a oscuras con unas persona que acabamos de conocer la noche anterior y en esos largos 20 minutos sin poder ver nanda mas que los pies de Gabi en frente mio, pense que alli nos podia salir qualquier cosa y comernos y nunca mas nadie sabria nada de nosotros ;-)
    Un besote primos!

    Maria

  4. Hola!! Ya han llegado los abuelos? Nosotros (otros abuelos), estamos en Sydney donde vosotros no pudisteis ver «casi nada», pues no visteis a mi hija! Espero vuestras noticias con las direcciones que me vais a mandar. Que seais muy felices el resto del viaje. Chus y Maria Antonia.

  5. Muchas gracias Colescranes. Cada vez vemos más uruguayos por aquí!

    Gracias Rosa, Bea y Carol.

    María, es verdad… no hemos puesto todo los detalles, jeje! Aquella subida en plena oscuridad se las traía pero cómo disfrutamos del amanecer, ¿verdad? Un beso!

    Chus y María Antonia, nuestra visita ha llegado, jeje! Es verdad lo que decis de Australia. Que disfrutéis por allí. Un abrazo!

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