No, no hemos estado recorriendo la tierra natal de Chiquito de la Calzada sino la región de la Chiquitania, en Bolivia. Esta región es una gran sabana tropical que se extiende desde la Amazonia hasta el Gran Chaco.
En 1540 el papa Paulo III encargó la fundación de misiones con el fin de evangelizar el nuevo mundo. Los jesuitas llegaron al actual territorio boliviano a finales del S. XVII fundando numerosas misiones en la región de Chiquitania.
Los monjes jesuitas levantaron Iglesias pero también urbanizaron las misiones, construyendo una plaza central, talleres, granjas y casas para los indígenas quienes pasaron a tener, por primera vez, una vida sedentaria.

Iglesia de la Misión de San Xavier
Los jesuitas instruían a los indígenas en la agricultura, ganadería, artes y trabajos manuales a cambio de su trabajo y, por supuesto, de su conversión.
A pesar de que los monjes consiguieron, en gran parte, cambiar muchos de los hábitos y costumbres de los locales aún hoy se mantienen en la región ritos y creencias indígenas que se mezclan con los cristianos. No es raro ver una procesión en la que los costaleros van vestidos con caretas y pieles de animales en conmemoración de sus antiguos dioses.
Las Iglesias de estas misiones son su principal atractivo, ya que tienen un estilo bastante peculiar. Fueron diseñadas por el arquitecto y músico suizo Martin Schmid y, bueno, se utilizó tanta madera en su construcción que algo de suizo sí que tienen. La madera está por todos lados, en columnas, techo, suelo, púlpitos, altares, imágenes… Se dice que el estilo arquitectónico de estas Iglesias sería barroco mestizo porque mezcla la arquitectura cristiana barroca con ciertos aportes indígenas.

Iglesia de la Misión de Concepción
El tallado de las imágenes se enseñaba en los talleres de las propias misiones y fue, en su mayoría, realizado por los propios indígenas. Hoy en día, continúan en funcionamiento algunos de esos talleres de formación.
Pero cuando todo parecía que marchaba bien para los padres jesuitas, los gobiernos de la Europa del siglo XVIII se empezaron a cansar de la Compañía de Jesús por su defensa incondicional del papado, su actividad intelectual y los enemigos que se habían ganado por medio viejo mundo.
Así que, siguiendo los pasos de Portugal y Francia, Carlos III aprobó la Pragmática Sanción en 1767 por la que los jesuitas debían ser expulsados de los territorios de la corona española, dejando las misiones abandonadas.
A partir de la década de los 70 se empezaron a reconstruir y a restaurar muchas de las iglesias de las misiones. El esfuerzo se vio recompensado en 1990 cuando seis de las misiones de Chiquitos fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Iglesia de la Misión de San Miguel
Este hecho, que debería haber relanzado el interés turístico por la región, no parece, hoy en día, que haya surtido mucho efecto. 20 años después de la declaración nosotros hemos recorrido 5 de esos pueblos durante varios días y hemos visto sólo a dos grupos de turistas. Todos en viaje organizado. Bien hecho.
Y es que si viajar por Bolivia en general ya es una prueba para la paciencia de cualquiera, hacerlo por esta región es alcanzar el grado máximo de desesperación posible.
Aquí, las palabras horario y fantasía son sinónimas. De hecho, cualquier coincidencia entre un horario anunciado y uno cumplido sólo puede ser fruto de la casualidad. Por ejemplo, en el siguiente diálogo recreamos una conversación real en la que podéis ver la ciencia ficción y, entre paréntesis, la cruda realidad:
– Buenos días, ¿para ir hacia San Ignacio, por favor?
– Sí, por esta calle pasa ‘la flota’ a las 2 de la tarde. (pasó a las 5:30).
– De acuerdo, y ¿cuánto tarda, más o menos, en llegar allí?
– Tarda unas 4 horas (tardó 7:30 horas)
– Así que sobre las 6 de la tarde llegaríamos a San Ignacio, ¿no?
– Sí sí, claro, a las 6 estáis allí (llegamos a la 1 de la mañana).
Este tipo de ficción-realidad se dio en cada desplazamiento que hicimos por la zona. Entendimos entonces el por qué de tan poco turista y las palabras de nuestra Lonely Planet cuando advertía, como sin quererlo, “allow time”. Y nosotros que lo queríamos cubrir todo en un par de días…
Y es que lo que en el mapa parecen carreteras son pistas de tierra por las que se deslizan autobuses desvencijados sin paradas establecidas. Cualquiera sube o baja donde quiere. El precio ¿y yo qué sé? ¿Mi asiento? Ah! que está lleno y vamos de pie… ¡pues nada! Oye, que aquí hay que bajarse a comprarle una empanada a esta señora, ¡pues vale! ¿de pollo o de queso? Las necesidades fisiológicas se resuelven sobre la marcha y las horas no pasan mientras el polvo sigue entrando por las ventanas y alojándose en tu garganta. Todo ello con continuos pero inesperados baches y con el monótono runrún del motor de fondo haciéndote siempre compañía. Todo un placer.
Suponemos que, al menos, hemos de agradecer el hecho de que las carreteras aquí no sean de cornisa como en los andes. Aún así, en estos días hemos visto dos camiones volcados en la cuneta. Pero estamos tranquilos, tal y como nos dijeron: ‘en Bolivia todos los conductores son buenos, porque los malos no duran (vivos)’.
Resumiendo: la Chiquitania vale la pena, pero desplazarse por ella es un suplicio. Si algún día caéis por estos lares comprad un sombrero y contratad un buen tour.
Y ahora sí: ¡Hasta luego Lucas! ¡Jaaaarl!
ahhhhh que ya vas para san ignacio de moxos!!! que envidia… yo quiero volver por alli!!
Si vistas la Pascana, centro de la ONG con la que estuve en San Ignacio da recuerdos de mi parte!! ^^
Bien, bien, chicos. Adelante!
Marcial, Gaby! Pero qué alucinante!
Me encontré a tus padres paseando por la playa Larga y me pusieron al día de todo, y me recordaron el nombre del blog que: Es buenísimo! (no el nombre, que también, el blog!)
Llevo un par de horas leyendo todas las entradas, alucinando con las fotos (a medida que bajo con el ratón, me digo: y ésta?! qué maravilla de foto, y la siguiente me parece aún mejor), y sobretodo: teletransportándome con vosotros.
Aquí otra fan,
Besos,
Silvia
Hace unos años hice un viaje sabático por Sudamérica y estuve por la Chiquitania, jarrr!!! Corroboro que se requiere bastante paciencia para viajar por el país y que el carácter es bastante peculiar. Aunque las carreteras de esta zona son llanas, y no como las de Coroico, en las que hasta nos sacaban fotos en según que curvas desde la «movilidad» que iba delante, por si caíamos al vacío cuando dábamos marcha atrás, también tuvimos una anécdota divertida en el trayecto por la Chiquitania, y menos peligrosa… Se escuchó un tremendo crack debajo del autobús y nos quedamos espantados. El conductor bajó, tiró algo a la cuneta y dijo que ya estaba, que había sido el «perno», y se quedó tan ancho!!! Disfrútalo!!! Un beso, Mjo (EOL forum)
Pensaba que no llegaba la referencia al gran Chiquitorl hasta que he leido la ultima frase!
Mu gonitas esas misiones y, of course, las fotos. Nosotros ya a punto de volver de Colombia. Gente encantadora y pais bastante seguro, aunque mientras hemos estado ha habido un atentado y un accidente de avion jeje Pero todo bien y esperando a ver si tenemos vuelo de vuelta, que esto no es Bolivia, pero por el accidente llevan 2 dias con el aeropuerto de la isla cerrado.
Besos a los 2!! Ta luegorl!!!!
Alucinante! cada vez es mejor! Sorry por la desconexion!!!! Felicidades por el ultimo post and photos! Ya estoy con los Coats que te envian muchos recuerdos. Vegas superado y ahora en Ny! Muchos Besos y enjoy Brasil.
«No, no hemos estado recorriendo la tierra natal de Chiquito de la Calzada sino la región de la Chiquitania, en Bolivia» en fin… veo que no pierdes tu GRAN humor, jeje
Un besito fuerte pa’ los dos!! Sus echa de menus!!
Gracias a todos por los comentarios!
Silvia, veo que aprovechas bien las vacaciones por Tarragona… Gracias por seguirnos! Besos.
María José, nos podemos imaginar la escena de lo del perno, jeje! Desde luego la chiquitanía no es una región para visitar con el tiempo justo. Saludos.
Vero, recuerdos para los Coats!