Las bombas que cambiaron el mundo
A las ocho y cuarto de la mañana todos los relojes de Hiroshima se detuvieron. En un suspiro la temperatura se elevó a más de un millón de grados centígrados. […]
A las ocho y cuarto de la mañana todos los relojes de Hiroshima se detuvieron. En un suspiro la temperatura se elevó a más de un millón de grados centígrados. […]