Día 156 – Cinco días entre Santiago y Valparaíso

El autobús nocturno nos dejó a primera hora de la mañana en el andén de la Terminal de San Borja, en Santiago de Chile. Ya estábamos en la capital y nos habíamos llevado con nosotros a Iris, la chica alemana con la que compartimos camarote en el NAVIMAG. Los australianos Daniel y Chris que habían salido unas horas antes de Puerto Montt nos esperaban en la Terminal.

De verdad… no se mueven

Nos vino bien poder compartir con ellos cinco días más, haciendo cosas que, normalmente en nuestra soledad de dos, no solemos hacer. Cosas como sentarnos en una terraza a tomar cerveza o vino y quedarnos tres horas, o separarnos en grupos para visitar distintas zonas de la ciudad, o hablar en inglés durante horas y tratar temas de conversación distintos, con nuevos interlocutores. La verdad, se agradecía poder seguir con el tercio cambiado durante unos días más.

Quizás, por todo lo anterior, nuestros días en Santiago y la cercana Valparaíso no fueron tan intensos desde el punto de vista turístico por lo que nos va a ser difícil dar una opinión válida y concienzuda de estos lugares, sobre todo de Santiago que como gran ciudad es siempre más difícil de valorar en conjunto.

Nos volvíamos a encontrar con una ‘La Plaza de Armas’; al fondo, la Catedral de Santiago

En la capital estuvimos tres días en los que paseamos por el centro y por el barrio de Providencia, donde estaba nuestro hostel. Ese barrio nos recordaba muchísimo a España, las calles, los parques, los edificios… todo muy bien cuidado, bastante por encima de la media latinoamericana. El centro, poco concurrido durante el fin de semana que coincidió con nuestra visita, tenía diversos lugares de interés como el Museo de Bellas Artes, el Centro Cultural Estación Mapocho, el edificio de la Bolsa, los Tribunales y la Casa de la Moneda.

En este último edificio tuvo lugar el día 11 de septiembre de 1973 un hecho que cambiaría radicalmente la historia del país. Esa mañana los militares, tras bombardearla por aire y tierra, irrumpieron por la fuerza en la Casa de la Moneda, lugar donde residía el presidente socialista Salvador Allende con motivo del golpe de estado que estaban llevando a cabo.

Mural de Salvador Allende en Valparaíso

El entonces presidente murió en el Palacio no se sabe bien si asesinado por los militares ante su negativa a rendirse o si, simplemente, se quitó la vida antes que ceder el poder a los insurrectos. A partir de ese día se instauraría en Chile una dictadura que duró 16 años (1973-1989) liderada por Augusto Pinochet.

En Santiago celebramos, en compañía de Iris, Chris, Daniel y Alicia, el cumpleaños de Gaby, que recibió sus 28 primaveras por primera vez en primavera… Brindamos con una rica cerveza en una terraza, cenamos pizza (¡del Telepizza!) y Gaby pudo soplar su velita y devorar la tarta que le cayó de regalo. Más adelante recibiría otros regalos, pero eso ya se andará -o se escribirá- en otro post…

¡Felicidades Gaby!

Santiago, desde nuestra visión sesgada y subjetiva, nos gustó. Nos tocaron espectaculares días de sol radiante con una agradable temperatura primaveral y eso ayudó mucho. Llegar del sur con frío y poder pasar a caminar con chancletas y pantalón corto hizo que Santiago se ganara el primer punto positivo nada más poner el pie en ella. La poca gente local con la que tratamos nos pareció siempre amable y simpática.

Interior de la Catedral de Santiago. Con diferencia, la Iglesia con la planta más larga de todas las que hemos visitado

Tras dos noches en Santiago partimos hacia Valparaíso, localidad costera, volcada hacia el océano por sus 44 cerros. Valparaíso o ‘Valpo’, como se la conoce popularmente, es una ciudad más grande de lo que esperábamos. Multitud de colinas repletas de pequeñas casas de colores hacen que cada pocos pasos, entre dos casas, se encuentre algún mirador natural a la Bahía de Valparaíso.

Las coloridas casas y las pinturas murales -artísticas, reivindicativas o divertidas- de las calles animan un poco a los transeúntes que deben remontar sus empinadas cuestas. Muchos cerros, están dotados con vetustos ascensores de madera que alivian, cuando están abiertos y por pocos pesos bien invertidos, el esfuerzo de la caminata cuesta arriba.

Una de nuestras visitas obligadas era acudir a la Sebastiana, una de las casas que Pablo Neruda tenía en el país. El poeta se describía a sí mismo como un incansable coleccionista y eso queda reflejado en cada rincón de su casa y de sus poesías. El inmueble está ubicado en un lugar privilegiado de Valpo desde el que se ve la bahía, el puerto y una amplísima vista de la ciudad.

Agotamos las últimas horas en Valparaíso paseando con Chris, Alicia, Daniel, Iris y Cameron (cada vez se iban uniendo más miembros al selecto grupo), reponiendo fuerzas con algún vino chileno en panorámicas terrazas y visitando el mítico bar ‘El Canario’ al caer la noche, donde coincidimos con unos cuantos residentes de la ciudad con los que compartimos un buen rato.

Vista de la Bahía a las 20:35

Vista de la Bahía a las 20:43

Esa última noche era la de la despedida. Iris y los australianos debían seguir su viaje por tierras sudamericanas. Nosotros, en cambio, cerrábamos las mochilas una vez más. Pero ésa iba a ser la última que lo haríamos en aquel continente en el que tanto habíamos disfrutado.

12 Respuestas a “Día 156 – Cinco días entre Santiago y Valparaíso

  1. ¡¡Pole!! Vaya, si dejáis ya el continente, es que habéis desestimado la visita a la Isla de Pascua. Y yo que tenía ganas de ver vuestras fotos allí…
    Me ha encantado Valparaíso; y por cierto, genial la última foto: pobre señora…
    Un abrazo,
    j.

    P.S: Recuerdos también de parte de Bea.

  2. qué fotos más coloridas, qué buen rollo transmitís todos en las fotos. me alegro de que hayáis disfrutado con vuestros compañeros de viaje. Queremos saber los regalitos que obtuvo Gaby. Estáis muy guapos. UN besito hasta Nueva Zelanda. Carola

  3. Eso, eso, recuerdos de Bea ;-)
    Os leo siempre, chicos, pero muchas veces desde el teléfono o el trabajo (como ahora) y no tengo tiempo de comentar…
    Seguid disfrutando!

    besos
    Bea

  4. Marci… Gaby… NO ME CREO QUE LA PRIMERA FOTO NO SE MUEVAAA ES UN TRUCOOO

    Como siempre, geniales las fotos… sobre todo porque se os ve en muchas de ellas :))

    Sus quiere!

    Marta.

  5. Hola Muchachos, que lindo saber que siguen disfrutando de este viaje maravilloso!!!!
    Las fotos…siempre increíbles, la redacción..impecable!!
    A la espera de el Gaby recomienda…..

    Acá en Rosario, con muchos calor y ahora con Caty incluida!!!

    Muchos besos Rosarinos!!!

    Mumi

  6. Nos han encantado los colores de la Bahía, que increible cambio en pocos minutos.
    También tengo que decir algo sobre «el escarabajo» rojo, fuerte, resistente, de una saga que nos sigue llevando a muchos a casi todas partes.
    Y por supuesto que celebramos, unto a la abuela esas caras sonrientes.
    La auela dice que Gaby se parece a mi, «ha dicho: de tal palo….tal astilla»

    Las dos muy contentas, nos despedimos y vamos a mirar los lugares por donde se están moviendo ahora.

    Muchos besos
    Vuelvo a se Katty y no Carlitos

  7. Hola!

    Sólo quería puntualizar que Gaby cumplió los 2 años en Argentina, así que sus 28 no tienen la pole en cumpleaños primaverales. Aunque supongo que son los primeros en los que es consciente de la temperatura ;-)

    Muchos besos (de la única representante del trío que queda en Barcelona),

    Laia

  8. Jorge, felicidades por la pole, jeje! Lo de Isla de Pascua se nos quedó clavado… miramos los billetes un poco tarde y el precio era prohibitivo. Nos queda pendiente. Cuando quieras vamos, ok? jeje!

    Marta, Carol, en un par de posts conoceréis los regalitos…

    Bea, jejeje! gracias por comentar de nuevo. Ya nos quedamos más tranquilos sabiendo que aún nos lees aunque no comentes… Besos!

    Mumi, gracias por comentar! ya tienes el Gaby recomienda de Chile para un próximo viaje! Un beso

    Tío Carlos, o Katty, nos alegra que le enseñen el blog a Loli, no dejen de hacerlo. Qué recuerdos el escarabajo rojo, verdad? Besos a todos

    Laia, tenés razón…en realidad era mi tercer cumpleaños en primavera…también coincidió para la boda de Marina…pero podemos decir que fue la primera vez en Chile…jejeje. Un beso

  9. Pingback: Reencuentros en Santiago | Siempre hacia el oeste·

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